Hace aproximadamente dos millones de años una estrella explotó como supernova cerca de nuestro Sistema Solar: sus restos todavía pueden encontrarse en forma de isótopos de hierro en el fondo del océano. Ahora, un equipo internacional de científicos ha encontrado concentraciones de hierro de supernova también en muestras lunares. Piensan que en ambos casos el hierro procede de la misma explosión.
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El astronauta Alan L. Bean, de la misión Apollo 12, toma una muestra de la superficie lunar. Crédito: NASA. |
Una estrella agonizante acaba sus días en una explosión cataclísmica, expulsando al espacio la mayor parte del material de la estrella, sobre todo elementos químicos nuevos creados durante la explosión. Una o más de estas supernovas parece que se produjeron cerca de nuestro Sistema Solar hace aproximadamente dos millones de años. Las pruebas de esto se encuentran en forma de concentraciones más altas de lo normal del isótopo de hierro-60, detectadas en la corteza del fondo del océano Pacífico y en muestras de sedimentos del suelo oceánico. Las pruebas son concluyentes: el isótopo radiactivo hierro-60 se crea casi exclusivamente en explosiones de supernova. Y debido a su vida media de 2.62 millones de años, relativamente corta comparada con la edad de nuestro Sistema Solar, cualquier hierro-60 radiactivo que se originó en el momento del nacimiento del Sistema Solar debería de haberse desintegrado hace mucho tiempo en elementos estables y, por tanto, ya no podría ser encontrado en la Tierra.
Ahora, los investigadores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y sus colaboradores de USA han conseguido demostrar la presencia de una concentración inusualmente alta de hierro-60 en muestras de suelo lunar también. Las muestras fueron reunidas entre 1969 y 1972 durante las misiones lunares Apollo 12, 15 y 16, que trajeron material lunar de regreso a la Tierra.
Es concebible que el hierro-60 de la Luna se produjera como consecuencia del bombardeo de partículas cósmicas, ya que estas partículas no se rompen cuando chocan contra las moléculas del aire, como ocurre en la atmósfera de la Tierra. En este caso, impactan directamente contra la superficie lunar y pueden producir la transmutación de elementos. “Pero esto sólo puede dar cuenta de una porción muy pequeña del hierro-60 que hemos encontrado”, explica el Dr. Gunther Korschinek. Por tanto, los investigadores concluyen que el hierro-60 encontrado en muestras terrestres y lunares tiene el mismo origen: estos depósitos son materia estelar recién creada, producida en una o más supernovas.
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