Ilustración de artista del radiotelescopio de 10 m a bordo del satélite ruso Spektr-R que forma la parte espacial de la misión RadioAstron. Crédito: Astro Space Center of Lebedev Physical Institute. |
Los agujeros negros supermasivos, que contienen entre millones y miles de millones de veces la masa de nuestro Sol, residen en los centros de todas las galaxias masivas. Estos agujeros negros pueden producir chorros potentes con emisiones prodigiosas, a menudo brillando más que las estrellas de las galaxias donde se encuentran. Pero hay un límite a lo brillantes que pueden ser estos chorros: cuando los electrones se calientan a más de 100 mil millones de grados interactúan con su propia emisión y producen rayos X y gamma y rápidamente se enfrían.
Los astrónomos han anunciado recientemente la sorprendente violación de este límite teórico en el cuásar 3C 273. "Cuando medimos la temperatura efectiva del núcleo del cuásar encontramos ¡que supera los 10 billones de grados!", comenta Yuri Koralev."Este resultado es muy difícil de explicar con nuestros conocimientos actuales de cómo brillan los chorros relativistas de los cuásares".
"Dado que RadioAstron ha medido temperaturas de brillo extremas en varios objetos, incluyendo observaciones recientes de BL Lacertae, estas medidas apuntan a que hay un nuevo proceso físico tras las fuentes de radiación de alta energía en cuásares", afirma Andrei Lobanov.
Sin embargo, las temperaturas altas no fueron la única sorpresa que el equipo de RadioAstron ha encontrado en 3C 273. También han descubierto un efecto nunca antes observado en una fuente extragaláctica: la imagen de 3C 273 tiene subestructuras producidas por el efecto de estar viéndola a través del material insterestelar diluido de la Vía Láctea, permitiendo así el estudio de este plasma difuso que permea nuestra propia Galaxia.http://observatori.uv.es/
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