Colección de 36 imágenes, tomadas por el telescopio espacial Hubble, que albergan estrellas variables Cefeidas y supernovas. Estos dos fenómenos celestes son herramientas cruciales usadas por los astrónomos para determinar distancias astronómicas y han sido empleados para refinar la medida de la constante de Hubble, la velocidad de expansión del Universo. De arriba abajo, y de izquierda a derecha, las galaxias mostradas en esta foto son: NGC 7541, NGC 3021, NGC 5643, NGC 3254, NGC 3147, NGC 105, NGC 2608, NGC 3583, NGC 3147, Mrk 1337, NGC 5861, NGC 2525, NGC 1015, UGC 9391, NGC 691, NGC 7678, NGC 2442, NGC 5468, NGC 5917, NGC 4639, NGC 3972, las galaxias de las Antenas, NGC 5584, M106, NGC 7250, NGC 3370, NGC 5728, NGC 4424, NGC 1559, NGC 3982, NGC 1448, NGC 4680, M101, NGC 1365, NGC 7329, and NGC 3447. Crédito: NASA, ESA, Adam G. Riess (STScI, JHU)
Durante décadas, después del descubrimiento de la expansión del Universo por Edwin Hubble y George Lemaître, los astrónomos han peleado para medir la velocidad de esta expansión, construyendo una serie de «peldaños» en una escala de distancias con objetos para los cuales los astrónomos conocen bien su brillo intrínseco. Los más brillantes, y por tanto los que se pueden detectar más lejos, son las supernovas de tipo Ia.
Ahora, después de 30 años de trabajo meticuloso utilizando el extraordinario poder de observación del telescopio Hubble, numerosos equipos de astrónomos han medido la velocidad de expansión con una precisión de poco más del 1%. Esto puede ser usado para predecir que el universo duplicará su tamaño en 10 mil millones de años.
La medida es unas ocho veces más precisa de lo esperado con las capacidades del Hubble. Sin embargo, existe una discrepancia entre la velocidad de expansión medida en el Universo local con el Hubble cuando se la compara con observaciones independientes justo después del Big Bang, que predicen un valor diferente. La causa de esta discrepancia sigue siendo un misterio. Pero los datos del Hubble, que incluyen varios tipos de objetos cósmicos que sirven como marcadores de distancias, apoyan la idea de que está ocurriendo algo extraño, posiblemente con la participación de leyes físicas aún desconocidas.
El nuevo artículo, publicado por el equipo del premio Nobel Adam Riess, anuncia la finalización de la actualización mayor (y probablemente última) del valor de la constante de Hubble. Los resultados nuevos doblan la muestra inicial de marcadores de distancias cósmicas. La velocidad observada es más rápida de la esperada. Combinando el modelo cosmológico estándar y las medidas de la misión Planck (ESA) del fondo cósmico de microondas los astrónomos obtienen un valor de 67.5 más/menos 0.5 kilómetros por segundo por megaparsec; el nuevo trabajo de la colaboración SHOES con el Hubble estima un valor de 73. Dado el gran tamaño de la muestra del Hubble, existe solo una probabilidad entre un millón de que los astrónomos hayan realizado una medida errónea por una selección desafortunada de los objetos de la muestra, lo que sugiere la existencia de algún problema con la física.
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