El objetivo es determinar si los magnetares son las fuentes de la misteriosas señales cósmicas FRB (Fast Radio Bursts).
Los magnetares son una variedad de estrellas de neutrones, los restos superdensos de estrellas masivas que explotaron como supernovas, con campos magnéticos extremadamente fuertes. Un campo magnético típico de un magnetar es un billón de veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra, lo que convierte a los magnetares en los objetos más magnéticos del Universo. Pueden emitir fuertes ráfagas de rayos X y rayos gamma, y recientemente se han convertido en un candidato líder para las fuentes de FRB.
Un magnetar llamado XTE J1810-197, descubierto en 2003, fue el primero de los seis únicos objetos que emitieron pulsos de radio. Lo hizo de 2003 a 2008 y luego cesó durante una década. En diciembre de 2018, reanudó la emisión de pulsos de radio brillantes.
Un equipo de astrónomos utilizó el VLBA para observar regularmente XTE J1810-197 de enero a noviembre de 2019, y luego nuevamente durante marzo y abril de 2020. Al ver el magnetar desde lados opuestos de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, pudieron detectar un ligero cambio en su posición aparente con respecto a los objetos del fondo mucho más distantes. Este efecto, llamado paralaje, permite a los astrónomos utilizar la geometría para calcular directamente la distancia del objeto.
"Esta es la primera medición de paralaje de un magnetar y muestra que se encuentra entre los magnetares más cercanos conocidos, a unos 8100 años luz, lo que lo convierte en un objetivo principal para estudios futuros", dijo en un comunicado Hao Ding, un estudiante graduado de la Universidad Swinburne de Tecnología en Australia.
El 28 de abril, un magnetar diferente, llamado SGR 1935 + 2154, emitió una breve ráfaga de radio que fue la más fuerte jamás registrada dentro de la Vía Láctea. Si bien no es tan fuerte como los FRB provenientes de otras galaxias, esta explosión sugirió a los astrónomos que los magnetares podrían generar FRB.
Las ráfagas de radio rápidas se descubrieron por primera vez en 2007. Son muy enérgicas y duran como máximo unos pocos milisegundos. La mayoría proceden de fuera de la Vía Láctea. Su origen sigue siendo desconocido, pero sus características han indicado que el ambiente extremo de un magnetar podría generarlos.
"Tener una distancia precisa a este magnetar significa que podemos calcular con precisión la fuerza de los pulsos de radio que provienen de él. Si emite algo similar a un FRB, sabremos qué tan fuerte es ese pulso", dijo Adam Deller, también de Swinburne. "Los FRB varían en su fuerza, por lo que nos gustaría saber si un pulso de magnetar se acerca o se superpone con la fuerza de los FRB conocidos", agregó.
"Una clave para responder a esta pregunta será obtener más distancias a los magnetares, para que podamos ampliar nuestra muestra y obtener más datos. El VLBA es la herramienta ideal para hacer esto", dijo Walter Brisken, del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO).
Además, "sabemos que los púlsares, como el de la famosa Nebulosa del Cangrejo, emiten 'pulsos gigantes', mucho más fuertes que los habituales. Determinar las distancias a los magnetares nos ayudará a comprender este fenómeno, y a saber si tal vez los FRB son el ejemplo más extremo de pulsos gigantes ", dijo Ding.
El objetivo final es determinar el mecanismo exacto que produce los FRB, dijeron los científicos.
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