En esta nueva y gigantesca imagen de 3 gigapíxeles, obtenida por el telescopio VST (VLT Survey Telescope) de ESO, dos de los objetos más famosos del cielo comparten escenario con una vecina menos conocida. A la derecha, se encuentra la débil y brillante nube de gas llamada Sharpless 2-54; en el centro, la emblemática nebulosa del Águila; y, a la izquierda, vemos la nebulosa de Omega. Este trío cósmico constituye sólo una parte de un gran complejo de gas y polvo en el que están surgiendo nuevas estrellas que iluminan su entorno.
Sharpless 2-54 y las nebulosas de Águila y Omega se encuentran a unos 7.000 años luz de distancia —los dos primeros objetos se corresponden con la constelación de Serpens (la serpiente), mientras que el segundo está dentro de Sagitario (el arquero). Esta región de la Vía Láctea alberga una enorme nube de material a partir del cual se fabrican estrellas. Las tres nebulosas indican las regiones de esta nube que se han agrupado y han colapsado, formando nuevas estrellas; la energética luz de estas recién nacidas estelares ha hecho que el gas del entorno emita su propia luz, que adquiere tonos rosados característicos de zonas ricas en hidrógeno.
Dos de los objetos de esta imagen fueron descubiertos de una manera similar. Primero, los astrónomos descubrieron brillantes cúmulos de estrellas tanto en Sharpless 2-54 como en la nebulosa del Águila, identificando más tarde las inmensas nubes de gas, comparativamente más débiles, que envolvían a los cúmulos. En el caso de Sharpless 2-54, fue el astrónomo británico William Herschel quien, en 1784, detectó el brillo de su cúmulo estelar. Ese cúmulo, catalogado como NGC 6604 (eso1218), aparece en esta imagen a la izquierda del objeto. La nube de gas muy tenue asociada siguió siendo desconocida hasta la década de 1950, cuando el astrónomo americano Stewart Sharpless la detectó en las fotografías del Atlas del Cielo National Geographic- Palomar.
La nebulosa del Águila no tuvo que esperar tanto tiempo para que todo su esplendor pudiera ser apreciado. El astrónomo suizo Philippe Loys de Chéseaux fue el primero en descubrir su brillante cúmulo, NGC 6611, en 1745 o 1746 (eso0142). Un par de décadas más tarde, el astrónomo francés Charles Messier, observó este parche del cielo y también documentó la nebulosidad presente, registrando el objeto como “Messier 16”en su influyente catálogo (eso0926).
En cuanto a la nebulosa Omega, de Chéseaux logró observar su resplandor, más prominente, y en 1745 lo registró debidamente como una nebulosa. Sin embargo, dado que el catálogo del astrónomo suizo nunca alcanzó mayor renombre, el redescubrimiento de Messier de la nebulosa Omega en 1764 la convirtió en “Messier 17”, el objeto número diecisiete del popular compendio del francés (eso0925).
Las observaciones a partir de las cuales fue creada esta imagen fueron obtenidas con de VST (VLT Survey Telescope, telescopio de rastreo del VLT) de ESO, ubicado en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile. La imagen final, a todo color, fue creada haciendo un mosaico con decenas de fotos —de 256 megapíxeles cada una— tomadas con la cámara OmegaCAM de gran formato, instalada en el telescopio. El resultado final, tras un largo procesado, alcanza los 3,3 gigapíxeles, una de las imágenes más grandes jamás publicadas por ESO.
Información adicional
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de dieciséis países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con el país anfitrión, Chile. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Además, cerca de Paranal, en Cerro Armazones, ESO está construyendo el ELT (Extremely Large Telescope), el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.http://www.eso.org/public/spain/news/eso1719/?lang
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