Los avistamientos de platillos volantes, los encuentros con extraterrestres y las abducciones solo existen en las películas y en la mente de embaucadores, mentirosos o personas altamente sugestionadas. No hay constancia ni evidencia científica de que haya vida más allá de este planeta. Nadie nos ha visitado ni se ha puesto siquiera en contacto con nosotros desde otros mundos.
Sin embargo, eso no significa que la existencia de inteligencia extraterrestre sea imposible. De hecho, ni siquiera es demasiado improbable, dada la enormidad del universo. La célebre ecuación de Drake intenta cuantificar la probabilidad de que ahí fuera haya alguien con quien poder contactar, y lo cierto es que, aunque se trata de una aproximación teórica, ha llevado a algunos científicos a asegurar que la vida inteligente en el universo debe ser algo relativamente común.
A pesar de ello, y aunque desde hace décadas se está intentando detectar cualquier tipo de señal que pueda provenir de una inteligencia extraterrestre, nadie ha podido recibir ni establecer comunicación con ningún ser de otro planeta.
Lo más parecido a un contacto con otra forma de vida inteligente fue una señal detectada el 15 de agosto 1977 por el radiotelescopio Big Ear (Gran Oído), en Ohio, que buscaba señales de radio extraterrestres dentro del proyecto Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI por sus siglas en inglés). El telescopio rastreaba el cielo y transmitía los datos recogidos a una máquina que registraba las señales en forma de códigos, que quedaban impresos en metros y metros de papel continuo. Aquel día, el joven profesor Jerry R. Ehman revisó los registros y se encontró con una señal anómala, de gran intensidad, procedente de un lugar situado a unos 220 años luz de la Tierra y cuyo origen no podía ser el ruido de fondo.
Ehman quedó impresionado por aquella secuencia de números y letras ─6EQUJ5─, cogió un bolígrafo rojo, la rodeó y anotó a su lado una sola palabra: "Wow!", bautizando involuntariamente el primer indicio serio de un posible contacto extraterrestre, la Señal Wow!
Se ha especulado mucho con el origen de la señal captada por el Big Ear. Algunas hipótesis han apuntado a que podría proceder de una civilización avanzada, aunque lo cierto es que por más que se intentó buscar de nuevo, no se volvió a recibir nada parecido. El propio Jerry R. Ehman opinaba que debió tratarse de alguna señal originada en la Tierra y reflejada en algún pedazo de basura espacial.
Paris afirma que la señal está relacionada con el paso de dos cometas
Recientemente, el astrónomo Antonio Paris, del St. Petersburg College de Florida, ha señalado otro posible origen. Paris afirma que la señal está relacionada con el paso de dos cometas que, según se sabe ahora, viajaban por esa zona en el momento en que el mensaje fue detectado. Las grandes nubes de hidrógeno que liberan estos cuerpos celestes serían las causantes de la famosa señal, según el investigador.
Próximamente, ambos cometas volverán a pasar por la misma zona, y Paris está buscando financiación para instalar un telescopio con el que demostrar su teoría y desvelar al fin el origen de la misteriosa señal.http://www.muyinteresante.es
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