miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los movimientos de Mercurio permiten a los científicos mirar en su interior

Perfiles de altura obtenidos con el altímetro láser de la nave espacial MESSENGER del hemisferio norte de Mercurio (colores más cálidos corresponden a elevaciones mayores). Los científicos emplean estas medidas remotas de alta precisión para determinar la rotación de Mercurio. Crédito: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington/DLR.
Las primeras medidas de los movimientos de Mercurio tomadas por una nave espacial en órbita alrededor del planeta revelan nuevos datos acerca de la estructura del mundo más interior del Sistema Solar y sus interacciones con otros cuerpos planetarios.

Mercurio no gira suavemente alrededor de su eje, como un CD, sino que experimenta fluctuaciones regulares en velocidad a lo largo de su ciclo de 88 días (la duración de un año en el planeta más cercano al Sol). Estas oscilaciones, o libraciones, son producidas por las interacciones del planeta con el Sol mientras se desplaza alrededor de la estrella. La atracción gravitatoria del Sol acelera o frena la rotación de Mercurio, dependiendo del punto en el que se encuentre de su órbita elíptica.


Los científicos pueden usar las medidas de la rotación de Mercurio y su libración para inferir información acerca del interior del planeta, comenta Alexander Stark, del Centro Aeroespacial Alemán (DLR). Las nuevas medidas, tomadas por la nave espacial MESSENGER, muestran que Mercurio está girando alrededor de su eje unos 9 segundos más rápido de lo que los científicos habían calculado con anterioridad. "No es una gran diferencia, de solo partes por millón, pero es inesperada", afirma Jean-Luc Margot de UCLA. Los científicos piensan que el intenso campo gravitatorio de Júpiter puede tener consecuencias en la órbita de Mercurio, provocando el ligero aumento de velocidad observado durante el periodo en que se realizó el estudio, y podría también frenar el giro de Mercurio en otros momentos, según los autores del estudio.

Las nuevas medidas muestran que la libración de Mercurio es aproximadamente el doble de lo que se esperaría si el planeta fuese completamente sólido, comenta Margot. Esto confirma la teoría de que Mercurio posee un núcleo externo líquido. Si un planeta tiene un núcleo externo fundido, las capas interiores y exteriores del planeta no están unidas. Las capas exteriores (la corteza y el manto) pueden experimentar grandes libraciones en respuesta a la atracción gravitatoria del Sol. Así, estas nuevas observaciones deberían de ayudar a los científicos a crear un modelo del interior de Mercurio, según Stark.http://observatori.uv.es/

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