La Tierra se conoce como el planeta azul debido a sus océanos, que cubren más del 70 por ciento de la superficie del globo. Mientras que algunas la hipótesis señalan que el agua llegó tarde a la Tierra, mucho después de que el planeta se hubiera formado, los hallazgos de un nuevo estudio, dirigido por científicos de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI), mueven hacia atrás el reloj significativamente para encontrar la primera evidencia de agua en la Tierra y en el sistema solar interior.
Una de las corrientes teóricas aseguraba que los planetas se formaron originalmente en seco, debido a la alta energía y al proceso de alto impacto, y que el agua llegó más tarde, a partir de fuentes tales como cometas o asteroides "mojados", que se componen en gran parte de hielo y gases.
"Con los grandes asteroides y meteoros chocando hubo una gran cantidad de destrucción", ha explicado uno de los autores del trabajo, Horst Marschall. "Algunas personas han argumentado que las moléculas de agua que estaban presentes en los cometas, se evaporaron o volaron al espacio, y que el agua que se encuentra en la superficie de los mundos, tal y como existe en hoy en día en la Tierra, tienen que haber llegado mucho más tarde, en los últimos cientos de millones de años", ha apuntado.
Los autores de este nuevo estudio, publicado en 'Science', se volvieron hacia otra fuente potencial de agua, las condritas carbonáceas, los meteoritos más primitivos conocidos. Estos cuerpos se formaron de la misma nube de polvo, arena, hielo y gases que dio lugar al Sol hace unos 4.600 millones de años, mucho antes de que se formaran los planetas.
"Estos meteoritos primitivos se asemejan a la composición del sistema solar a granel", ha indicado el investigador Sune Nielsen. Según ha indicado, estas rocas tienen mucha de agua en ellas y se ha pensado en ellas como candidatos para el origen del agua de la Tierra en varias ocasiones.
Para probar su hipótesis, en favor de las condritas carbonáceas, el equipo ha estudiado muestras de meteoritos proporcionadas por la NASA y originarias del asteroide Vesta-4, con superficie congelada y formado en la misma región del sistema solar que la Tierra.
Los meteoritos como Vesta-4 se conocen como eucritos y llevan una firma única de uno de los depósitos de hidrógeno más antiguos del sistema solar. Su edad, aproximadamente 14 millones de años después de que el se formara el Sistema Solar, proporciona datos para la determinación de la fuente de agua en el interior del Sistema Solar en un momento en que la Tierra estaba en su fase principal de construcción.
Las mediciones de estos investigadores, muestran que Vesta-4 contiene la misma composición isotópica de hidrógeno que las condritas carbonáceas, que es también la de la Tierra. Así, se determina que "lo más probable es que el agua de la Tierra apareciera al mismo tiempo que la roca. El planeta se formó como un planeta con una superficie 'mojada'", ha explicado Marschall.http://www.europapress.es/ciencia/
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