Los telescopios espaciales Kepler y Spitzer de la NASA han permitido realizar la medición más precisa del radio de un planeta fuera de nuestro sistema solar.
Ahora se sabe que el tamaño del exoplaneta Kepler-93b presenta una incertidumbre de solo 119 kilómetros a cada lado del cuerpo planetario.
Los hallazgos confirman a Kepler-93b como una "súper-Tierra", es decir casi una vez y media el tamaño de nuestro planeta. Aunque las súper-Tierras son comunes en la galaxia, no existen en nuestro sistema solar. Los exoplanetas como Kepler-93b son, por tanto, nuestros únicos laboratorios para el estudio de esta importante clase de planetas.
Con buenos límites en los tamaños y masas de súper-Tierras, los científicos finalmente pueden empezar a teorizar sobre la composición de estos mundos extraños. Las medidas previas, del Observatorio Keck en Hawaii, habían puesto la masa de Kepler-93b en alrededor de 3,8 veces la de la Tierra. La densidad de Kepler-93b, derivada de su radio y masa recién obtenidos, indica que el planeta está hecho muy probablemente de hierro y roca, como la Tierra.
"Con Kepler y Spitzer, hemos capturado la medición más precisa hasta la fecha del tamaño de un planeta alienígena, que es fundamental para la comprensión de estos mundos lejanos", dijo Sarah Ballard, de la la Universidad de Washington en Seattle y autor principal de un artículo sobre los hallazgos publicados en la revista Astrophysical Journal.
"La medida es tan precisa que es, literalmente, como ser capaz de medir la altura de una persona de 1,80 de estatura con una precisión de 2 centímetros si esa persona estuviera de pie en Júpiter", dijo Ballard.
Kepler-93b orbita una estrella situada a unos 300 años luz de distancia, con aproximadamente el 90 por ciento de la masa del Sol. La distancia orbital del exoplaneta - sólo alrededor de un sexto de la de Mercurio del Sol - implica una temperatura superficial abrasadora de 760 grados Celsius. A pesar de sus similitudes recién descubiertas en la composición con la Tierra, Kepler-93b es demasiado caliente para la vida.
Para hacer la medición clave sobre el radio de este exoplaneta, Kepler y Spitzer telescopios observaban su tránsito por delante de su estrella, que eclipsa una pequeña porción de la luz estelar. La mirada de Kepler también rastreó simultáneamente el oscurecimiento de la estrella causado por las ondas sísmicas que se desplazan en su interior. Estas lecturas codifican la información precisa sobre el interior de la estrella. El equipo aprovechó para medir el radio de la estrella, que es crucial para medir el radio planetario.
Spitzer, por su parte, confirmó que el tránsito del exoplaneta tenía el mismo aspecto en luz infrarroja como en observaciones en luz visible de Kepler. Estos datos de corroboración de Spitzer descartaron la posibilidad de que la detección por Kepler del exoplaneta era falsa, informa el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA..
Tomados en conjunto, los datos cuentan con un margen de error de sólo uno por ciento del radio de Kepler-93b. Las mediciones indican que el planeta, estimado en alrededor de 18.800 kilometros de diámetro, podría ser más grande o más pequeño en unos 240 kilometros.http://www.europapress.es/ciencia/
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