Ilustración del concepto actual del Telescopio Fluídico (FLUTE) para un gran observatorio espacial de próxima generación. El espejo del telescopio espacial se crearía en el espacio a partir de materiales líquidos y tendría aproximadamente 164 pies (50 metros) de diámetro, la mitad del largo de un campo de fútbol. La óptica estaría formada por la fuerza de tensión superficial natural ejercida por los fluidos. Créditos: NASA
El equipo del proyecto Fluidic Telescope (FLUTE), dirigido conjuntamente por la NASA y el Technion (Instituto de Tecnología de Israel), visualiza una forma de hacer enormes espejos circulares autorreparables en órbita para promover el campo de la astronomía.
Los telescopios más grandes recogen más luz y permiten a los astrónomos mirar más lejos en el espacio y ver objetos distantes con mayor detalle. Estos grandes observatorios espaciales de próxima generación estudiarían los objetivos astrofísicos de mayor prioridad, incluidas las estrellas de primera generación, las primeras en brillar y apagarse después del Big Bang, las primeras galaxias y los exoplanetas similares a la Tierra. Estos observatorios podrían ayudar a abordar una de las preguntas científicas más importantes de la humanidad: "¿Estamos solos en el universo?"