Ilustración de artista de la destrucción de una nube de gas que pasa cerca de Sgr A*, el agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia. Créditos: ESO/MPE/Marc Schartmann.
En 2019, el agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia se despertó y emitió una serie de «eructos». Ahora, un estudio nuevo examina qué «comida» le produjo esta indigestión.
En mayo de 2019, el agujero negros supermasivo Sgr A* entró en un periodo de actividad, produciendo una fulguración en el infrarrojo cercano, de brillo sin precedentes, que duró unas 2 horas y media. Esta llamarada fue más de 100 veces más brillante que la emisión típica de la acreción habitual de material por parte de Sgr A* , y más del doble de brillante que la fulguración más brillante que hayamos medido nunca en nuestro monstruoso vecino. Además, marcó el comienzo de un prolongado estado de actividad, con un número inusual de llamaradas fuertes que se produjeron a lo largo de 2019.
Un nuevo estudio de la investigadora Lena Murchikova (Institute for Advanced Study) sugiere que todo esto ha sido causado por la caída en el agujero negro de material procedente de dos objetos extensos, en órbita alrededor de Sgr A*, designados como G1 y G2. Su naturaleza todavía se desconoce: podría tratarse de nubes de gas, estrellas o una combinación de ambas.https://observatori.uv.es/fulguraciones-del-agujero-negro-supermasivo-de-la-via-lactea/
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