viernes, 27 de marzo de 2015
Despega la misión que envía a dos astronautas durante un año a la EEI
Ya estaba bien entrada la noche en Baikonur, el histórico cosmódromo ruso en Kazajstán, cuando los motores del cohete Soyuz empezaron este viernes a escupir combustible en llamas. La lanzadera llevaba a bordo tres astronautas dispuestos a iniciar una misión histórica: dos rusos, Guennadi Padalka y Mijail Kornienko; y uno estadounidense, Scott Kelly. Su destino era la Estación Espacial Internacional (EEI), a donde estaba previsto que llegaran en las primeras horas de la madrugada de este sábado en España.
Padalka es el comandante de la nave y con su estancia en la EEI batirá el récord absoluto de días no consecutivos de un hombre en espacio, que ostenta hasta ahora otro ruso, Serguéi Krikaliov, con 803 días. Cuando su misión en la plataforma espacial acabe dentro de seis meses, habrá llegado a los 878 días fuera de la Tierra.
Kornienko y Kelly permanecerán el doble de tiempo, lo que les dará tiempo para llevar a cabo cerca de 500 experimentos, muchos de ellos relacionados con los efectos en la salud humana de la vida prolongada en el espacio.
No es habitual que un astronauta disfrute de estancias tan largas en el espacio. Hasta ahora solo lo han hecho cuatro personas, todos rusos, en misiones de los años 80 y 90. El récord lo tiene Valeri Poliakov, que pasó 437 días entre 1994 y 1995 en la estación espacial soviética Mir, ya desmantelada.
«La última siesta en una cama»
«El último vuelo de tanta duración fue hace unos veinte años. Desde entonces, la medicina y la tecnología han avanzado mucho y permiten estudiar el estado del organismo en la EEI», explicó en la rueda de prensa previa al despegue Kornienko.
Kelly sí batirá el récord de estancia en el espacio para un astronauta estadounidense. «Me acabo de despertar de una siesta previa al despegue. La última vez en una cama en un año», bromeaba en Twitter horas antes del lanzamiento.
Kelly tendrá un aliado de lujo en la Tierra para añadir valor a los experimentos que ejecutará: su hermano gemelo Mark, también astronauta, aunque ya retirado. Los resultados de los estudios sobre transformaciones genéticas, afección a la vista, efectos sobre el sistema cardiovascular, impacto en el tracto digestivo o cambios en el comportamiento se cotejarán con los de su hermano en la Tierra.
Los científicos esperan que de la comparación se pueden extraer pistas importantes sobre el impacto de la ingravidez, la radiación o el aislamiento en el espacio, con la vista puesta en misiones ambiciosas, como un hipotético viaje a Marte. Una misión tripulada al planeta rojo, que la NASA sitúa en la década de 2030, requerirá una estancia mínima en el espacio de 16 meses.
«Creo que es posible. Y no solo yo. No hay impedimentos técnicos para hacerlo. Se trata en primer lugar de un problema de financiación y de establecer para qué queremos volar hasta allí», dijo Kornienko.http://www.abc.es/ciencia
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