domingo, 29 de marzo de 2015

Explosiones en las auroras de Júpiter, relacionadas con una extraordinaria interacción planeta-luna

En esta ilustración artística, flujos de iones y electrones cargados eléctricamente son acelerados a lo largo de las líneas del campo magnético de Júpiter (las curvas azules que parecen una fuente), induciendo la aparición de auroras (anillos azules) en el polo del planeta. Las partículas aceleradas proceden de nubes de material (rojo) expulsadas por volcanes de la luna Io de Júpiter (la pequeña esfera de la derecha). Crédito: Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA).
En la Tierra, las erupciones de partículas expulsadas por el Sol disparan brillantes auroras que bailan brevemente sobre los polos de nuestro planeta. Pero en Júpiter hay auroras todo el tiempo, y nuevas observaciones muestran que este espectáculo joviano a veces explota debido a un proceso que nada tiene que ver con el Sol.

Los observadores de Júpiter saben desde hace mucho tiempo que las siempre presentes auroras polares del planeta gigante - miles de veces más brillantes y muchas veces mayores que las de la Tierra- son alimentadas por partículas con carga eléctrica del Sol que chocan con el campo magnético de Júpiter y por la interacción entre Júpiter y una de sus muchas lunas, llamada Io. Pero también hay explosiones de auroras en Júpiter, o periodos de gran aumento del brillo, similares a las tormentas de auroras de la Tierra, que nadie ha podido relacionar con ninguna de las causas ya conocidas.

En la interacción de Júpiter con Io que produce auroras, los volcanes de la pequeña luna expulsan nubes de átomos con carga eléctrica (iones) y electrones a una región que rodea a Júpiter y que está bajo el influjo del potente campo magnético del planeta, miles de veces más intenso que el de la Tierra. Girando junto con su planeta, que rota rápidamente, el campo magnético arrastra con él el material de Io, produciendo fuertes campos eléctricos en los polos de Júpiter. La aceleración de los iones y los electrones produce intensas auroras que brillan en casi todas las partes del espectro electromagnético, pero más intensamente en bandas de alta energía, como luz ultravioleta y rayos X, que son invisibles para el ojo humano.


Ahora nuevas observaciones de las emisiones del planeta en el ultravioleta extremo muestran que las brillantes explosiones que se producen en las auroras de Júpiter probablemente son iniciadas por la interacción planeta-luna, no por la actividad solar. Empezando en enero de 2014, un telescopio a bordo del satélite Hisaki de JAXA, que se centró en Júpiter durante dos meses, registró el aumento intermitente de brillo de la aurora del planeta gigante. El telescopio detectó repentinas llamaradas en días en los que el flujo habitual de partículas del Sol, conocido como viento solar, era relativamente débil.http://observatori.uv.es

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