Un nuevo estudio financiado por NASA demuestra cómo un producto químico que huele como a huevos podridos, el sulfuro de hidrógeno, puede haber jugado un importante papel en la formación de la vida en la Tierra. Los autores del estudio, incluyendo a Andrew Aubrey del JPL, reexaminaron las viejas probetas de los experimentos clásicos realizados en la década de los 50 por Stanley Miller, que era entonces un estudiante graduado de la Universidad de Chicago. El equipo analizó las muestras de otra variante del experimento llevada a cabo en 1958 en la que Miller utilizó dióxido de carbono y gas sulfuro de hidrógeno en la mezcla. Durante décadas se la consideró "perdida" porque, por razones desconocidas, Miller nunca anunció el resultado de sus análisis. "Stanley nos comentó a algunos de nosotros que odiaba trabajar con el sulfuro de hidrógeno porque olía muy mal y le ponía enfermo", afirma Jeffrey Bada de la Scripps Institution of Oceanography en la University of California at San Diego, quien fue estudiante graduado de Miller y es autor del nuevo estudio.
El equipo ha descubierto que el experimento creó aminoácidos que contienen azufre, la primera síntesis de este tipo conseguida en un ambiente prebiótico simulado, según los investigadores, y la que los produce en mayor diversidad y abundancia.
Los resultados proporcionan pistas acerca del papel que las plumas volcánicas, que son una fuente natural de sulfuro de hidrógeno, pueden haber jugado en la producción de los primeros compuestos orgánicos en la Tierra. http://observatori.uv.es/leer mas
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