Creo no exagerar al decir que ningún fenómeno se compara al de presenciar un eclipse total de sol como el vivido el pasado 14 de diciembre, una cantidad de emociones, nervios, y ansiedad se conjugan en el momento de la totalidad, intentar ver, fotografiar, sentir en esos dos minutos que se transforman en segundos, La penumbra casi noche ,el avanzar de la sombra en este caso por la meseta patagónica es imposible de describir. Tuvimos la suerte de que las nubes se corrieran y nos dejaran disfrutar del espectáculo.
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