NASA | Kepler apunta al plano de la galaxia para obtener imágenes de planetas en tránsito |
La estrella, EPIC 201367065, es una enana roja aproximadamente de la mitad del tamaño y la masa de nuestro Sol. A 150 años luz de nosotros, se encuentra entre las diez estrellas más cercanas que tienen planetas en tránsito. Su proximidad significa que es lo suficientemente brillante para que los astrónomos puedan estudiar las atmósferas de los planetas a su alrededor para determinar si son como la terrestre y pueden ser propicios a la vida.
«Una atmósfera delgada hecha de nitrógeno y oxígeno ha permitido la vida sobre la Tierra. Pero la naturaleza está llena de sorpresas. Muchos exoplanetas descubiertos por la misión Kepler están envueltos por atmósferas gruesas, ricas en hidrógeno que probablemente son incompatibles con la vida tal como la conocemos», explica Ian Crossfield, astrónomo de la Universidad de Arizona y responsable del estudio, presentado a la revista Astrophysical Journal y ya disponible en arXiv.
Los tres planetas son 2,1, 1,7 y 1,5 veces el tamaño de la Tierra. El planeta más exterior, el de 1,5 radios terrestres, es el más pequeño del grupo y orbita lo suficientemente lejos de su estrella madre como para recibir los niveles de luz similares a los recibidos por la Tierra del Sol, según explica Erik Petigura, estudiante graduado de la Universidad de Berkeley que descubrió los planetas el pasado 6 de enero mientras realizaba un análisis informático de los datos de Kepler que la NASA ha puesto a disposición de los astrónomos. Calculó que los tres planetas reciben 10,5, 3,2, y 1,4 veces la intensidad de luz de la Tierra.
«Hay una posibilidad muy real de que el planeta más exterior sea rocoso como la Tierra, lo que significa que podría tener la temperatura adecuada para albergar océanos de agua líquida», dice Petigura.
Apuntar a la eclíptica
Después de que el investigador encontrara los planetas en las curvas de luz de Kepler, el equipo empleó rápidamente telescopios en Chile, Hawái y California para caracterizar la masa, el radio, la temperatura, y la edad de la estrella. El siguiente paso serán observaciones con telescopios, incluyendo el espacial Hubble, para tomar la huella digital espectroscópica de las moléculas en las atmósferas planetarias. Si son ricas en hidrógeno, el Hubble verá la señal delatora.
El descubrimiento es tanto más notable por el precario estado del telescopio Kepler, que ha perdido las dos ruedas de reacción que lo mantenían apuntando a un punto fijo en el espacio. Kepler renació en 2014 como «K2» con la estrategia de apuntar en el plano de la órbita de la Tierra, la eclíptica, para estabilizar la nave espacial. Kepler ha vuelto para buscar planetas mediante la técnica de los eclipses o «tránsitos», cuando los mundos pasan frente a sus estrellas y bloquean periódicamente parte de la luz estelar.
«Este descubrimiento demuestra que el K2 puede todavía encontrar planetas emocionantes y científicamente convincentes», dice Petigura. «Kepler todavía puede hacer una gran ciencia».http://www.abc.es/ciencia
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