jueves, 14 de julio de 2016

El año 2016 será un segundo más largo

Diagrama que muestra cómo funciona la interferometría de larga base (VLBI). Consiste en combinar los datos detectados por varios radiotelescopios que observan un mismo objeto celeste lejano, como un cuásar, teniendo en cuenta la diferencia temporal en la llegada de la señal a cada radiotelescopio. Crédito: NASA.
El 31 de diciembre de 2016, un segundo "extra" será añadido a los relojes del mundo a las 23 horas, 59 minutos 59 segundos del Tiempo Coordinado Universal (UTC).

Históricamente, la hora está basada en la rotación media de la Tierra relativa a los cuerpos celestes y el segundo fue definido en este sistema de referencia. Sin embargo, la invención de los relojes atómicos permitió definir una escala de tiempos "atómica" mucho más precisa y un segundo que es independiente de la rotación de la Tierra. En 1970, varios acuerdos internacionales establecieron un procedimiento para mantener la relación entre el Tiempo Coordinado Universal (UTC) y UT1, una medida del ángulo de rotación de la Tierra en el espacio.

El Servicio de Sistemas de Referencia y Rotación de la Tierra (IERS) es la organización que monitoriza la diferencia entre las dos escalas de tiempo y decide si hay que añadir o eliminar segundos de UTC cuando sea necesario para mantener entre ambos sistemas una diferencia menor de 0.9 segundos. Para obtener la UTC se genera primero una escala de tiempo secundaria, el Tiempo Atómico Internacional (TAI), que es básicamente UTC sin segundos extra. Cuando el sistema fue constituido en 1972, la diferencia entre TAI y UTC se determinó que era de 10 segundos. Desde 1972 han sido añadidos 26 segundos adicionales en intervalos que varían entre los seis meses y los siete años, siendo el más reciente el insertado el 30 de junio de 2015. Tras la inserción del segundo extra en diciembre de 2016, la diferencia acumulada entre UTC y TAI será de 37 segundos.

Las medidas muestran que la Tierra, en promedio, va más lenta que la hora atómica, entre 1.5 y 2 milisegundos al día. Estos datos son generados por el USNO utilizando la técnica de la interferometría de larga base (VLBI) empleando radiotelescopios. El VLBI mide la rotación de la Tierra observando la posición aparente de objetos lejanos cercanos al límite del universo observable. Estas observaciones demuestran que después de entre 500 a 759 días, la diferencia entre la hora dada por la rotación de la Tierra y la hora atómica será de aproximadamente un segundo. En lugar de permitir que esto ocurra, se introduce un segundo para mantener las dos escalas próximas una a la otra. Podemos cambiar fácilmente la hora de un reloj atómico pero no es posible alterar la velocidad de rotación de la Tierra para que se ajuste a la de los relojes atómicos.http://observatori.uv.es/

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