Hace mil años, un haz de luz resplandecía en el cielo, brillando lo suficiente como para ser visto incluso durante el día durante casi un mes; nativos americanos y chinos registraron el llamativo evento. Ahora sabemos que fueron testigos de la explosión de una estrella, que dejó un remanente gaseoso conocido como la Nebulosa del Cangrejo. El mismo objeto que deslumbró a observadores del cielo en 1054 sigue deslumbrando a los astrónomos hoy en día mediante el inesperado bombeo de radiación de alta energía. Los investigadores han detectado pulsos de rayos gamma con energías superiores a 100 mil millones de electrónvoltios (100 GeV) -un millón de veces más energéticos que los rayos X utilizados en medicina y 100 mil millones de veces más que la luz visible.
El descubrimiento ha sido publicado por un equipo internacional de científicos en la revista 'Science'. Uno de sus autores, el doctor Nepomuk Otte, de la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos), afirma que algunos investigadores tacharon de locura su búsqueda de emisiones de un púlsar en este campo de energía.
"Si le preguntaras a los teóricos de hace un año si íbamos a ver pulsos de rayos gamma pulsos con este nivel de energía, casi todos ellos habría dicho que no. Simplemente no hay teoría que pueda explicar lo que hemos encontrado ", afirma uno de los autores del artículo, el doctor Martin Schroedter Martin, del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA).
Los rayos gamma proceden de un objeto en el centro de la Nebulosa del Cangrejo que se conoce como púlsar. Un púlsar es una estrella de neutrones giratoria -el núcleo colapsado de una estrella masiva. Aunque tiene sólo unos pocos kilómetros de diámetro, una estrella de neutrones es tan densa que pesa más que el sol.
Girando alrededor de 30 veces por segundo, el Púlsar del Cangrejo genera haces de radiación desde su campo magnético giratorio. Los haces dibujan un barrido, como si se tratara de un faro, porque no están alineados con el eje de rotación de la estrella; así que, aunque los haces son constantes, son detectados en la Tierra en forma de pulsos rápidos de la radiación.
Según Otte, "estos resultados aportan nueva información sobre el mecanismo de la generación de rayos gamma". Sin embargo, se necesitan más datos, o incluso un observatorio de nueva generación, para realmente entender los mecanismos detrás de estos pulsos de rayos gamma.
Los pulsos de rayos gamma fueron detectados por el Sistema de Telescopios de Imagen para Radiación muy Energética (VERITAS, por sus siglas en inglés) - el observatorio más potente de de rayos gamma de muy alta energía en el hemisferio norte. VERITAS se compone de un conjunto de cuatro telescopios Cherenkov de 12 metros de diámetro y está situado en el Observatorio Smithsoniano Whipple, al sur de Tucson, Arizona (Estados Unidos). http://www.europapress.esleer mas
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