ESO PR Photo eso1027a La zona de R Coronae Australis fotografiada con el Wide Field Imager desde La Silla
Esta magnífica vista de la zona que rodea a la estrella R Coronae Australis fue creada a partir de imágenes tomadas con el Wide Field Imager (WFI) de ESO en el Observatorio La Silla, en Chile. R Coronae Australis se ubica en el corazón de una región cercana de formación estelar y está rodeada por una delicada nebulosa de reflexión azulada que se encuentra en una enorme nube de polvo. La imagen revela sorprendentes nuevos detalles de esta espectacular área del cielo
La estrella R Coronae Australis se ubica en una de las más cercanas y espectaculares zonas de formación estelar. Este retrato fue tomado con el Wide Field Imager (WFI) en el telescopio de 2,2 metros de MPG/ESO en el Observatorio La Silla, en Chile. La imagen es una combinación de doce imágenes tomadas a través de filtros rojo, verde y azul.
Esta imagen muestra un trozo del cielo que abarca aproximadamente el tamaño de la Luna llena. Esto equivale a unos cuatro años-luz de extensión en el lugar donde se encuentra la nebulosa, ubicada a unos 420 años-luz de distancia, en la constelación de Corona Australis (la Corona Austral). El complejo fue nombrado en honor a la estrella R Coronae Australis, visible en el centro de esta imagen. Es una de las numerosas estrellas en esta zona que se clasifican como muy jóvenes y que varían en brillo, rodeadas aún por las nubes de gas y polvo de donde se formaron.
La intensa radiación que se desprende de estas estrellas jóvenes y calientes interactúa con el gas que las rodea y es reflejada o re-emitida en diferentes longitudes de onda. Estos procesos complejos, determinados por la física del medio interestelar y las propiedades de las estrellas, son responsables de los magníficos colores de la nebulosa. La nubosidad celeste que se observa en esta imagen se debe mayormente al reflejo de la luz de la estrella en pequeñas partículas de polvo. Las estrellas jóvenes en el complejo R Coronae Australis poseen masas similares al Sol y no emiten suficiente luz ultravioleta como para ionizar una parte importante del hidrógeno que las rodea. Esto significa que la nube no brilla con el característico color rojo que se observa en varias zonas de formación estelar.
La enorme nube de polvo que envuelve a la nebulosa de reflexión se aprecia en esta imagen con un nivel de detalle impresionante. Los colores sutiles y variadas texturas de las nubes de polvo hacen que esta imagen parezca una pintura impresionista. Un sendero oscuro y prominente cruza la imagen desde el centro hasta la parte inferior izquierda. Aquí, la luz visible emitida por las estrellas que se están formando dentro de la nube es completamente absorbida por el polvo. Estos objetos sólo pueden ser observados en longitudes de onda más largas, usando una cámara capaz de detectar la radiación infrarroja.
La propia R Coronae Australis no es observable a simple vista, pero la diminuta constelación con forma de corona donde se encuentra es fácilmente detectable desde los sitios oscuros, debido a su proximidad en el cielo a la gran constelación de Sagitario y a las nubes ricas en estrellas hacia el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
http://www.eso.org/public/spain/press-rel/pr-2010/pr-27-10.html
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