miércoles, 2 de diciembre de 2009

2009. La construcción de telescopios gigantes

En el año 2009, simultáneamente con el lanzamiento de tres potentes telescopios espaciales, Kepler, Herschel y Planck, se están definiendo las características esenciales de tres Telescopios Extremadamente Grandes (ELT), dos norteamericanos y uno europeo. Se espera que estos telescopios entren en operación en la segunda mitad de la década de los 2010.

En Radioastronomía hay que destacar dos proyectos colosales: la construcción del Atacama Millimeter Array (ALMA) que deberá finalizar hacia 2013, y el diseño del Square Kilometer Array (SKA) que está previsto hacia 2022. La observación con estos instrumentos revolucionará completamente la Astronomía en tan sólo dos décadas. La apasionante aventura del telescopio que comenzó con el anteojo de Galileo no sólo no ha llegado a su fin, sino que se encuentra en una auténtica edad de oro.
A lo largo del siglo XX el desarrollo de las tecnologías del pulido del vidrio y del aluminizado llegaron a hacer posible la construcción de espejos realmente grandes, de varios metros de diámetro. Al telescopio Hale de 5 metros de Monte Palomar (en California), que fue instalado en 1948, le siguió en 1976 el telescopio BTA-6, equipado con un espejo de 6 metros, en Zelenchukskaya (en el Cáucaso).
Fue la introducción de los ordenadores lo que permitió lograr una gran precisión en el control tanto del apuntado como del seguimiento de estos enormes telescopios. Hoy, los mayores espejos (monolíticos) del mundo son los de los dos telescopios Gemini (uno en Chile y otro en Hawai), los cuatro VLT (Very Large Telescope) construidos por el Observatorio Austral Europeo (ESO) en el Monte Paranal (Chile), y el Gran Telescopio Binocular de Monte Graham (Arizona). Todos estos telescopios están equipados con espejos de diámetros entre 8,1 y 8,4 metros. Es en estos valores en los que se encuentra el límite impuesto por la tecnología actual de construcción y pulido de grandes espejos.

Espejos fragmentados

El tamaño máximo de unos 8 metros que limita a los espejos ha podido ser superado mediante el desarrollo de espejos fragmentados que están constituidos por múltiples paneles. El pionero telescopio norteamericano MMT (Multiple Mirror Telescope) que se instaló en el Monte Hopkins, Arizona, en 1979, estaba equipado con un pequeño mosaico de seis paneles de 1,8 metros de diámetro que era equivalente a un espejo de 4,5 metros. Este instrumento también incluía otra importante innovación: su montura alt-azimutal que, aunque utilizada mucho en radioastronomía, tan sólo había sido utilizada en contadas ocasiones en astronomía óptica..
Sin embargo, en contraste con la montura ecuatorial (organizada en torno a un eje paralelo al terrestre), la montura alt-azimutal permite la construcción de estructuras de mayor envergadura y mayor peso manteniendo una gran estabilidad. Los ordenadores hacen posible el fino control para que un telescopio sobre una montura de este estilo pueda apuntar a un astro y compensar el movimiento de rotación de la Tierra con la altísima precisión que es indispensable.
Las innovaciones del MMT fueron aprovechadas por muchos otros telescopios ópticos. En 1993 y 1996 se pusieron en marcha los dos grandes telescopios Keck. Cada uno de estos telescopios está dotado con un espejo de 9,8 metros constituido por 36 paneles individuales. Nuevamente han sido los ordenadores los que han permitido el desarrollo de dos técnicas revolucionarias conocidas como 'óptica adaptativa' y 'óptica activa' que permiten, por un lado, neutralizar diferentes deformaciones de los grandes espejos y, además, burlar a la atmósfera terrestre compensando las distorsiones que ésta introduce sobre el débil rayo luminoso que nos llega desde un astro lejano.
El Thirty Meter Telescope (TMT) es otro proyecto norteamericano que, como su nombre indica, está siendo diseñado para proporcionar un espejo fragmentado de 30 metros de diámetro que estará instalado en el gran observatorio de Mauna Kea (Hawai). Tanto el GMT como el TMT deberían entrar en operación hacia el año 2018.
Finalmente hay que destacar que el Observatorio Austral Europeo (ESO), organización en la que participa España, ya tiene muy avanzado el diseño de un telescopio de 42 metros de diámetro (denominado E-ELT, European Extremely Large Telescope) que estará constituido por un millar de espejos de 1,5 metros. La localización de este gigante aún no está decidida, pero su construcción podría comenzar hacia el año 2011 y extenderse durante al menos unos 5 años, por lo que no cabe esperar que entre en operación antes del año 2016.
Fuente y nota completa; http://www.elmundo.es


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