Los objetos estelares despiertan la imaginación y cada cual encuentra un parecido. A los responsables del telescopios espacial Hubble, una región polvorienta de la nebulosa Iris (oficialmente NGC7023) les recuerda a las bolas de algodón dulce. La etérea nebulosa fue descubierta por William Herschel en 1794, está a unos 1.400 años luz de la Tierra, mide unos seis años luz de ancho y a los astrónomos les interesa especialmente una región situada a la izquierda, en el centro de la imagen, porque se aprecian unos filamentos rojizos. Su composición química no se conoce aún, pero los especialistas sospechan que algún tipo de hidrocarburo debe colorear así el polvo de la nebulosa.
Estas regiones de polvo cósmico son importantes porque permiten identificar los ingredientes de la mezcla de materiales que puede acabar formando una estrella, explica la Agencia Europea del Espacio (ESA), copropietaria del Hubble junto con la NASA. En esta ocasión el telescopio espacial ha sido apuntado hacia la nebulosa enfocando una región noroccidental muy rica en polvo cósmico. El polvo está iluminado por la estrella cercana HD 200775 (unas diez veces más masiva que el Sol). En la imagen se aprecian también numerosos puntitos brillantes que son estrellas que están más lejos o más cerca de esa masa de polvo.
Hay nebulosas que emiten luz porque están lo suficientemente calientes, pero NGC7023 no emite por sí misma, sino que dispersa la luz de la estrella cercana. Lo raro, dicen los expertos, es que estas nebulosas de dispersión suelen ser azuladas, mientras que en ésta destacan los tonos rojizos. La fotografía ha sido tomada con la cámara ACS (Advanced Camera for Surveys) del Hubble, pero los astrónomos han utilizado también el espectrómetro de infrarrojo (NICMOS) del telescopio para identificar elementos químicos presentes en la nebulosa. Otros equipos científicos están observando esa región de los filamentos rojos con telescopios situados en tierra para investigar la composición.
Otro telescopio espacial, éste estrenado hace pocos meses, es el Herschel, de la ESA, y los científicos han empezado a presentar resultados obtenidos con sus avanzadísimos instrumentos, que están proporcionando medidas muy precisas de moléculas y átomos presentes en objetos de nuestra galaxia y de otras. Los investigadores están centrando sus observaciones en procesos de nacimiento y muerte estelar. Los detalles que obtienen las cámaras del Herschel para estos análisis de la luz están asombrando a los propios investigadores que las han diseñado.
Fuente: www.elpais.com
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