Las condritas carbonáceas son meteoritos antiguos compuestos por polvo que formó parte de la nebulosa solar, una nube de polvo y gas que constituía nuestro sistema solar arcaico antes de que se formaran los planetas rocosos como la Tierra y Marte.
Los asteroides son "químicamente primitivos", lo cual quiere decir que ninguno de los elementos químicos que los componen ha sido trasladado, sacado o añadido desde que se formaron hace 4.560 millones de años. Esto hace que las condritas carbonáceas sean valiosas para conocer cuáles fueron las condiciones más probables que imperaron en el sistema solar antiguo.
Ahora, un equipo de científicos del Imperial College de Londres ha obtenido nuevos datos sobre la composición de las condritas carbonáceas.
Phil Bland es el autor principal del estudio.
Los investigadores han desvelado en este estudio que las partículas de las que se componen las condritas carbonáceas son mucho más pequeñas de lo que se pensaba hasta ahora. Cada partícula tiene aproximadamente de 10 a 100 nanómetros de tamaño. Estos diminutos granos restringieron con severidad el flujo del agua a través de la roca.
Esto explica por qué elementos solubles como el sodio y el cloro todavía están presentes en las condritas carbonáceas que han caído a la Tierra, a pesar de la presencia de agua. Normalmente, se esperaría que el agua disolviera los elementos solubles y los extrajera de la roca.
Hasta ahora, los científicos no podían comprender por qué las condritas carbonáceas no parecían seguir las mismas reglas geológicas que otras rocas en el espacio y en la Tierra. Los modelos por ordenador predijeron en estudios anteriores que el agua debería haber disuelto y transportado el material soluble, y aún así las pruebas geológicas mostraban claramente que este no era el caso.
http://www3.imperial.ac.uk/ www.astropampa.com
Ahora, un equipo de científicos del Imperial College de Londres ha obtenido nuevos datos sobre la composición de las condritas carbonáceas.
Phil Bland es el autor principal del estudio.
Los investigadores han desvelado en este estudio que las partículas de las que se componen las condritas carbonáceas son mucho más pequeñas de lo que se pensaba hasta ahora. Cada partícula tiene aproximadamente de 10 a 100 nanómetros de tamaño. Estos diminutos granos restringieron con severidad el flujo del agua a través de la roca.
Esto explica por qué elementos solubles como el sodio y el cloro todavía están presentes en las condritas carbonáceas que han caído a la Tierra, a pesar de la presencia de agua. Normalmente, se esperaría que el agua disolviera los elementos solubles y los extrajera de la roca.
Hasta ahora, los científicos no podían comprender por qué las condritas carbonáceas no parecían seguir las mismas reglas geológicas que otras rocas en el espacio y en la Tierra. Los modelos por ordenador predijeron en estudios anteriores que el agua debería haber disuelto y transportado el material soluble, y aún así las pruebas geológicas mostraban claramente que este no era el caso.
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