Por primera vez en la historia, una nave espacial ha tocado el Sol. La sonda solar Parker ha atravesado la alta atmósfera solar (la corona) y ha tomado muestras de partículas y observado los campos magnéticos de esta región. Pasar a través de la corona permite tomar datos que es imposible captar desde la distancia, de ahí la importancia de este hito.
A diferencia de la Tierra, el Sol carece de una superficie sólida. En su lugar posee una atmósfera extremadamente caliente compuesta por material ligado al Sol por la fuerza de gravedad y las fuerzas magnéticas. A medida que el calor y la presión empujan material alejándolo del Sol, se alcanza un punto donde la gravedad y los campos magnéticos son incapaces de retenerlo. Este punto, conocido como la superficie crítica de Alfvén, marca el final de la atmósfera solar (o corona) y el principio del viento solar.
Hasta ahora, los investigadores no estaban seguros de dónde se encuentra exactamente la superficie crítica de Alfvén. En el sobrevuelo realizado por la sonda Parker, esta encontró las condiciones específicas de partículas y campos magnéticos que indicaron a los científicos que había atravesado dicha superficie a unos 18.8 radios solares por encima de la superficie del Sol, penetrando, por primera vez, en la atmósfera solar.
Durante el vuelo, la sonda ingresó y salió varias veces de la corona. Esto ha permitido comprobar lo predicho por algunos investigadores: que la superficie crítica de Alfvén no tiene la forma de una bola suave, sino que posee picos y valles que arrugan la superficie. Descubrir dónde se alinean estas protuberancias con la actividad solar procedente de la superficie puede ayudar a los científicos a conocer cómo los fenómenos que tienen lugar en el Sol afectan a la atmósfera y al viento solar.https://observatori.uv.es/la-nasa-entra-en-la-atmosfera-solar-por-primera-vez/
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