Durante los próximos años, el número de planetas descubiertos en órbita alrededor de estrellas lejanas alcanzará varios miles o más. Pero incluso aunque nuestra lista de estos recién descubiertos exoplanetas crece sin parar, la búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar se centra de manera mucho más reducida en los relativamente pocos de estos mundos que exhiben las condiciones más similares a las de la Tierra. Para la mayor parte de la comunidad científica, la búsqueda de vida alienígena ha estado dominada durante mucho tiempo por la idea de que nuestro propio planeta sirve como el mejor modelo de las condiciones más adecuadas para la emergencia de la vida en otros mundos. Y aunque existe una innegable lógica en el hecho de buscar vida bajo las mismas condiciones en las que ya sabemos que tiene éxito, hay científicos como Dirk Schulze-Makuch, astrobiólogo de la Washington State University School of Earth and Environmental Sciences y Abel Mendez, experto en modelización de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, que también ven ese modelo como producto de un pensamiento potencialmente limitante sesgado hacia lo terrestre.
Schulze-Makuchy sus colaboradores proponen un nuevo sistema de clasificación de exoplanetas utilizando dos índices diferentes, un Índice de Similitud con la Tierra (ESI), para categorizar las características más terrestres de un planeta, y un Índice de Habitabilidad Planetaria (PHI), para describir un conjunto de parámetros físicos y químicos que teóricamente conducen a la vida en condiciones más extremas, menos terrestres.
Los dos índices propuestos por el grupo marcan el primer intento de los científicos por categorizar los muchos exoplanetas y exolunas que se espera descubrir en el futuro cercano según su potencial para albergar alguna forma de vida. http://observatori.uv.es/leer mas
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