A través de exquisitos vuelos en formación a escala milimétrica, los satélites duales que componen el Proba-3 de la ESA lograrán lo que antes era una misión espacial imposible: proyectar una sombra exactamente definida de una plataforma a la otra, bloqueando en el proceso el ardiente Sol para observar su atmósfera fantasmal circundante de forma prolongada.
Antes del lanzamiento conjunto del par Proba-3 a finales de este año, los científicos que utilizarán las observaciones de Proba-3 pudieron ver los satélites con sus propios ojos. Los miembros de este equipo probarán el hardware desarrollado para la misión durante un eclipse solar terrestre real sobre América del Norte el próximo mes de abril.
Actualmente, los dos satélites se encuentran en proceso de integración final en las instalaciones de Redwire , cerca de Amberes, en Bélgica. Recibieron la visita del equipo de trabajo científico de Proba-3, un grupo de 45 físicos solares procedentes de toda Europa y del resto del mundo.
Muchos de estos expertos son visitantes habituales de los eclipses solares terrestres en todo el mundo, pero esperan con ansias la nueva perspectiva que abrirá Proba-3 sobre la tenue corona solar. Esta misteriosa región es importante por ser el lugar donde se crean las eyecciones de masa coronal (grandes erupciones de partículas cargadas que desencadenan tormentas solares), además de influir en la velocidad del viento solar, que es fundamental para determinar el clima espacial.
"El hardware del satélite era espectacular visto de cerca", explica Joe Zender, científico del proyecto Proba-3 de la ESA. “Me llamó especialmente la atención lo cerca que está el cabezal de la cámara de la nave espacial Coronagraph del panel solar, a menos de un metro de distancia. Si bien el conjunto depende de una alta iluminación solar, la cámara debe permanecer en completa oscuridad, sin luz parásita de ningún tipo. Realmente nos hace comprender con qué precisión será necesario mantener en su lugar esa pequeña sombra proyectada por el Ocultista. También pudimos echar un vistazo al borde cuidadosamente mecanizado del disco de la nave espacial Occulter, que normalmente se mantiene bajo una cubierta protectora antes del lanzamiento. La curva de este borde ha sido especialmente diseñada para minimizar cualquier derrame de luz solar difractada que de otro modo afectaría el rendimiento de la imagen”.https://www.esa.int/Enabling_Support/Space_Engineering_Technology/Proba_Missions/Face_to_face_with_Sun-eclipsing_Proba-3
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