n grupo de astrónomos de la NASA acaba de descubrir un misterioso «sendero» que cruza una buena parte del universo y que, como si de una gigantesca cinta transportadora se tratara, es capaz de empujar cúmulos galácticos enteros (miles de galaxias, miles de millones de estrellas) a millones de km. por hora hacia los límites del universo visible. Este extraño «camino» se extiende desde nuestro Sistema Solar en dirección a las constelaciones de Hidra y Centaurus, y persiste hasta distancias superiores a los 2.500 millones de años luz.
En septiembre de 2008, un grupo de investigadores del Centro Goddard de Vuelos Espaciales, de la NASA, se encontró con un inesperado patrón de movimiento que afectaba a cúmulos de galaxias muy distantes de nosotros. A falta de ninguna explicación plausible, achacaron el fenómeno a la «atracción gravitatoria ejercida por materia situada más allá del universo observable». Y lo llamaron «flujo oscuro», en la línea de otros misterios cosmológicos más familiares, como son la materia y la energía oscuras.
«Nunca imaginamos encontrar algo como esto"», dijo entonces Alexander Kashlinsky, el principal investigador del fenómeno. «Los cúmulos de galaxias muestran una pequeña pero medible velocidad que es independiente a la de la expansión del universo y que, al contrario de ésta, no cambia a medida que aumentan las distancias. La distribución de materia en el universo observable no puede ser responsable de este movimiento».
800 km por segundoAhora, varios años después y tras efectuar nuevos análisis, Kashlinsky y sus colegas se han dado cuenta de que la cosa va mucho más allá de lo que al principio imaginaron. De hecho, los cúmulos galácticos que se encuentran en este sendero cósmico fluyen misteriosamente a millones de kilómetros por hora (cerca de 800 km por segundo) a través de un camino aproximadamente centrado en las constelaciones australes de Hidra y Centaurus.
«Esto no es algo que tuviésemos previsto encontrar, pero no podemos hacer que desaparezca», afirma Kashlinsky. «Ahora vemos que el fenómeno persiste a distancias mucho mayores, hasta 2500 millones de años luz de distancia». El nuevo estudio aparecerá el 20 de marzo en la revista The Astrophysical Journal Letters.
Los cúmulos de galaxias parecen estar moviéndose a lo largo de una línea que se extiende desde nuestro Sistema Solar hacia las constelaciones de Hidra y Centaurus, pero los investigadores no están aún seguros de cuál es el sentido de este movimiento. Las pruebas indican que los cúmulos se dirigen hacia fuera a lo largo de este camino, alejándose de la Tierra, pero el equipo aún no puede descartar que la realidad sea exactamente la contraria. «Detectamos movimiento a lo largo de este eje, pero ahora mismo nuestros datos no pueden afirmar tan sólidamente como nos gustaría si los cúmulos se aproximan o no», afirma Kashlinsky.Vaya hacia dónde vaya, la pregunta que atormenta a los investigadores es la siguiente: ¿qué es exactamente lo que está «tirando» de tanta cantidad de materia? Ningúna fuerza conocida parece capaz de conseguir algo siquiera parecido, y la cantidad y distribución de materia en el universo observado no es, ni mucho menos, suficiente como para ejercer un «tirón gravitatorio» (y de manera tan selectiva) sobre tantas y tantas galaxias a la vez.
Algo desconocidoPor lo que, por el momento, no queda más remedio que suponer que, más allá del universo visible, fuera de nuestro «horizonte», existe algún tipo de estructura desconocida que es capaz de causar el movimiento a gran escala que los científicos han observado.
Armados con un catálogo de cerca de 1.500 cúmulos galácticos diferentes, el doble de los estudiados en 2008, los astrónomos han llegado a la conclusión de que, efectivamente, el flujo oscuro es algo muy real. El equipo ordenó este catálogo de cúmulos en cuatro grupos o «porciones», cada uno de los cuales representa distintos rangos de distancia (ver imagen). Y después examinó la dirección preferida del flujo para los cúmulos en el interior de cada porción.
El paso siguiente consiste en aumentar el catálogo de cúmulos galácticos estudiados y rastrear el flujo oscuro a distancias aún mayores. Una tarea ingente y que llevará largos años de investigación.
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