Esta agrupación galáctica, ubicada a unos 70 millones de años-luz en la constelación de Sextans, fue descubierta por el astrónomo inglés William Herschel en 1783. Astrónomos modernos han calculado que la distancia entre NGC 3169 (izquierda) y NGC 3166 (derecha) es de unos 50.000 años-luz, una separación que corresponde a la mitad del diámetro de nuestra Vía Láctea. En distancias tan cortas, la gravedad puede causar estragos en la estructura de una galaxia.
Las galaxias espirales como NGC 3169 y NGC 3166 suelen tener brazos de estrellas y polvo muy definidos girando alrededor de sus luminosos centros. Encuentros cercanos con otros objetos masivos pueden alterar esta configuración clásica, lo que suele ser el preludio de una fusión de galaxias que da origen a una nueva galaxia más grande. Por ahora, la interacción entre NGC 3169 y NGC 3166 ya ha demostrado cierto carácter. El brazo de NGC 3169, iluminado por estrellas grandes, jóvenes y azules, fue destruido y una gran cantidad de gas luminoso fue arrebatada de su disco. En el caso de NGC 3166, las líneas de polvo que comúnmente dibujan los brazos espirales fueron desordenadas. A diferencia de su compañera más azulada, en NGC 3166 no se están formando muchas estrellas nuevas. http://observatori.uv.es/leer mas
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