"Se piensa que la Luna se formó como resultado de una gigantesca colisión entre un objeto del tamaño de Marte y una protoTierra primitiva", recuerdan Erik H. Hauri (Institutción Carnegie de Washington) y sus colegas en la revista Science. Las altísimas temperaturas generadas por ese gigantesco impacto habrían provocado la pérdida de gases del material del que se formó la Luna. Los compuestos volátiles, como el agua, se habrían evaporado en aquellos procesos. Pero Hauri y sus colegas han buscado -y encontrado- volátiles conservados dentro de esos cristales incrustados en pequeñas bolitas de roca volcánica fundida, del tamaño de un punto mecanografiado y color anaranjado por la presencia de titanio. La técnica de análisis ahora utilizada para estudiar las muestras que descubrió el astronauta del Apolo 17 Harrison Schmitt, en 1972, permite medir contenidos de agua extremadamente bajos con altísima precisión.
"Estas muestras son la mejor ventana que tenemos para acceder a la cantidad de agua que pueda haber en el interior de la Luna", dice James Van Orman (Universidad Case Western Reserve, EE UU), coautor de la investigación.
Los científicos explican en Science que, hasta ahora, se pensaba que la Luna había perdido prácticamente los compuestos volátiles como el agua y que las medidas realizadas en las rocas lunares daban hasta ahora un máximo de 50 partes por millón (PPM), mientras que sus nuevas medidas en las llamadas inclusiones fundidas de las muestras indican un contenido de entre 615 y 14.10 ppm. "Estos contenidos volátiles son muy similares a los de los basaltos de la primitiva dorsal oceánica terrestre e indican que algunas partes del interior lunar continente tanta agua como el manto superior de la Tierra", escriben en su artículo Hauri y sus colegas. A partir de estas medidas los investigadores hacen estimaciones del agua en el interior lunar.
El hallazgo refuerza la teoría de que nuestro planeta y su satélite natural tienen un origen común pero obliga a reconsiderar algunos aspectos de ese modelo. Se creía que el calor y la violencia del colosal impacto en la Tierra que desprendió el material del que se formó la Luna, habrían provocado la evaporación completa de los compuestos volátiles, y ahora resulta que no es así, que en parte se conservaron.
Además, los científicos señalan otra consecuencia de su hallazgo: puede que parte del agua detectada en las paredes de los cráteres lunares polares, permanentemente a la sombra de la radiación solar, tenga su origen en el magma de antiguas erupciones volcánicas, mientas que hasta ahora se ha considerado que sería agua lleva hasta allí por cometas y meteoritos. http://www.elpais.comleer mas
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