Hace trece mil millones de años nuestro universo era oscuro. No había ni estrellas ni galaxias, sólo el gas de hidrógeno que quedó después del Big Bang. Eventualmente esta misteriosa época finalizó cuando las primeras estrellas se encendieron y su radiación transformó los átomos de gas cercanos en iones. Esta fase de la historia del universo se conoce como época de reionización, y se encuentra íntimamente relacionada con muchas cuestiones fundamentales de la cosmología.Pero mirar tan hacia atrás en el tiempo presenta numerosos retos observacionales. Judd Bowman de Arizona State University, y Alan Rogers del Massachusetts Institute of Technology, han desarrollado un experimento a pequeña escala de radioastronomía diseñado para detectar una señal nunca antes vista procedente del universo primitivo durante este período de tiempo, un experimento que tiene el potencial de revolucionar nuestros conocimientos acerca de cómo se formaron y evolucionaron las primeras galaxias.
Bowman y Rogers instalaron un radioespectrómetro comercial, llamado EDGES, en el observatorio de radioastronomía Murchison en Western Australia para medir el espectro en radio entre 100 y 200 MHz. Aunque sencillo en su diseño, consistiendo sólo en una antena, un amplificador, algunos circuitos de calibración, y un ordenador, todos conectados a una fuente de energía alimentada por energía solar, su tarea es altamente compleja. En lugar de buscar las galaxias primitivas propiamente dichas, el experimento busca el gas de hidrógeno que existió entre las galaxias. Aunque es una observación muy difícil de realizar, no es imposible, tal como han demostrado Bowman y Rogers en su artículo publicado en la edición del 9 de diciembre de la revista Nature. http://observatori.uv.es leer mas
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