Los datos de la red de supervisión que comparte el mundo entero muestran que la tormenta solar llegó a la Tierra el 4 de agosto. Como la masa de aire de la tormenta solar lleva principalmente plasma eléctrico, su entrada a alta velocidad en el espacio podrá afectar las telecomunicaciones sin hilo, satélites de la Tierra y aparatos aéreos y las grandes cantidades de corrientes de partículas de alta velocidad podrán destruir de manera directa componentes electrónicos de todo tipo o provocar interferencias magnéticas conducidas a alterar las señales electromagnéticas, produciendo equivocaciones del movimiento o averías de telecomunicaciones. Según los actuales datos de supervisión, fue relativamente débil la dureza de las partículas de la tormenta solar que llegó esta vez a la Tierra y, además, la colisión no fue frontal sino una pequeña tempestad magnética. Por lo tanto, no pudo producir gran influencia sobre la vida humana. De acuerdo con el Centro Nacional de Supervisión y Preaviso Espaciales y Climáticos, se preveia que el movimiento solar se mantuviera en un nivel bajo en los próximos 3 días y que entre los días 6 y 7 el movimiento de geomagnetismo fue principalmente tranquilo y de poca interferencia.
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