martes, 20 de septiembre de 2016

Descubren los ecos de agujeros negros comiendo estrellas

Esta ilustración muestra una estela brillante de material procedente de una estrella que está siendo devorada por un agujero negro supermasivo en una fulguración de destrucción por marea. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Los agujeros negros supermasivos, con su inmensa atracción gravitatoria, son famosamente conocidos por su eficiencia para limpiar sus alrededores inmediatos tragando los objetos cercanos. Cuando una estrella pasa a menos de una cierta distancia de un agujero negro, el material estelar resulta estirado y comprimido (o espaguetificado) mientras el agujero negro lo traga.

Un agujero negro destruyendo una estrella (lo que los astrónomos llaman destrucción por fuerzas de marea) emite una enorme cantidad de energía, iluminando los alrededores con las llamadas fulguraciones. En años recientes, varias docenas de fulguraciones han sido descubiertas pero todavía no son bien entendidas.


Ahora los astrónomos poseen más datos acerca de las fulguraciones producidas por la destrucción por fuerzas de marea de estrellas. Dos estudios nuevos muestran cómo el polvo de los alrededores absorbe y reemite su luz, como si se tratase de ecos. Esto permite a los científicos medir las energías de este tipo de fulguraciones con mucha mayor precisión.

"Se trata de la primera vez que hemos visto con claridad los ecos en luz infrarroja de múltiples episodios de destrucción por marea", comenta Sjoert van Velzen (Johns Hopkins University).

Las fulguraciones de los agujeros negros que comen estrellas contienen radiación de alta energía, incluyendo luz ultravioleta y rayos X. Estas fulguraciones destruyen todo el gas que permanece cerca de un agujero negro. Pero a una cierta distancia de un agujero negro, el polvo puede sobrevivir porque la radiación de la fulguración que le llega no es tan intensa. Después de que el polvo superviviente es calentado por una fulguración, emite radiación infrarroja, cuya medida permite conocer las fulguraciones y la naturaleza del propio polvo.http://observatori.uv.es/

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