El descubrimiento de la energía oscura, una fuerza misteriosa que está acelerando la expansión del universo, se basó en las observaciones de las supernovas de tipo 1a. Pero para sondear la naturaleza de la energía oscura y determinar si es constante o no en el tiempo, los científicos tendrán que medir las distancias cósmicas con precisión mucho mayor que la alcanzada en el pasado.
Daniel Kasen y Stan Woosley de la Universidad de California en Santa Cruz, y Fritz Roepke del Instituto Max Planck para la Astrofísica en Garching, Alemania, usaron supercomputadoras para ejecutar docenas de simulaciones de supernovas de tipo 1a. Los resultados indican que gran parte de la diversidad observada en estas supernovas se debe a la naturaleza caótica de los procesos involucrados y a la asimetría resultante de las explosiones.
En su mayor parte, esta variabilidad no debiera producir errores sistemáticos en los trabajos de medición, siempre y cuando los investigadores trabajen con números grandes de observaciones y apliquen las correcciones estándar. En el estudio, se encontró un efecto pequeño pero potencialmente problemático, que puede ser el resultado de diferencias sistemáticas en las composiciones químicas de las estrellas en diferentes épocas de la historia del universo. Afortunadamente, los científicos pueden usar los modelos informáticos para analizar con mayor detalle este efecto y desarrollar las correcciones oportunas para él.
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