lunes, 26 de octubre de 2009

Cumbre científica de la misión SAC-D

Con ánimo entusiasta y buen humor entre el 21 y 23 se produjo el quinto encuentro de ciencia de la misión SAC-D/Aquarius. Congregado en un hotel a pasos de la Plaza de Mayo a especialistas de los Estados Unidos, Italia, Japón y, por supuesto, la Argentina. Son los responsables de los 41 proyectos que viajarán a bordo del nuevo satélite argentino, cuya fecha de lanzamiento está prevista para mediados o fines de 2010.

"Esta reunión tiene la particularidad de juntar por primera vez al grupo internacional de científicos que resultó de una selección muy minuciosa, a través de un proceso conjunto entre la NASA, la Conae y el Ministerio de Ciencia y Tecnología -explica la bióloga Sandra Torrusio, investigadora principal de la misión-. Tenemos 15 propuestas de Estados Unidos y 15 de la Argentina. También por primera vez, los proyectos locales tienen financiación (alrededor de 1.300.000 dólares). Los 11 restantes son de Italia y Japón."

El SAC-D/Aquarius es un verdadero observatorio en el que viajarán ocho instrumentos de alta tecnología (cinco de ellos provistos por la Conae) para estudiar el océano, la atmósfera y la superficie terrestre. Con 1400 kg, es por lejos el más grande y complejo de los satélites diseñados y construidos en el país. Dará 14 vueltas diarias alrededor de la Tierra y volverá al mismo lugar una vez cada siete días.

"El instrumento más importante es el Aquarius, que mide la salinidad de los océanos. Pero en nuestro caso lo utilizaremos para hacer un seguimiento de los eventos de inundaciones y sequías en la cuenca del Plata -cuenta Haydée Karszenbaum, del Instituto de Astronomía y Física del Espacio-. La idea es construir un algoritmo que permita obtener la humedad del suelo en la región."

La salinidad del agua es un parámetro fundamental de los procesos oceánicos. "Si el agua se enfría, se evapora, y por lo tanto aumenta su salinidad y su densidad, y se hunde -explica Alberto Piola, investigador del Servicio de Hidrología Naval, la UBA y el Conicet-. Es algo similar a lo que los científicos llaman convección en la atmósfera. Y el agua profunda es un reservorio de dióxido de carbono [vinculado con el calentamiento global]. Tenemos una base de observación bastante sólida de 25 años de la temperatura del mar, pero carecemos de información análoga de la salinidad. Hay hipótesis, por ejemplo, por observaciones in situ , que sugieren que ya hay cambios en la distribución global de salinidad.Con esa misión estamos explorando un mundo nuevo. Tendremos una imagen de todo el océano mundial por semana."

fuente: http://www.lanacion.com.ar

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