Un equipo de astrónomos, utilizando los telescopios gemelos de 10 metros del Observatorio W. M. Keck en Hawái y valiéndose también de datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA y del VLTI del ESO en Chile, ha explorado uno de los discos de polvo más compactos que se haya logrado hasta ahora distinguir alrededor de otra estrella.
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Si estuviera en nuestro sistema solar, el disco se extendería hasta una distancia de aproximadamente cuatro veces la existente entre la Tierra y el Sol, por lo que alcanzaría casi a la órbita de Júpiter. Este espeso disco interno está acompañado por uno exterior que se extiende a una distancia centenares de veces mayor.
El astrónomo Christopher Stark, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, ha encabezado el equipo de la investigación.
51 Ophiuchi es una estrella joven y caliente del tipo B, situada a unos 410 años-luz de distancia, en la constelación de Ophiuchus (Ofiuco). Los astrónomos sospechan que la estrella y sus discos representan un ejemplo raro y cercano de un sistema planetario joven que acaba de entrar en la última fase de formación planetaria. No se sabe todavía con certeza si se han formado planetas allí, si bien las últimas observaciones sugieren que sí existe un sistema protoplanetario.
El nuevo estudio indica que el disco de 51 Ophiuchi es más de 100.000 veces más denso que el polvo zodiacal en el sistema solar. Esto sugiere que el sistema todavía es relativamente joven, con muchos cuerpos que chocan entre sí y que producen inmensas cantidades de polvo.
El disco interior se extiende aproximadamente hasta 4 unidades astronómicas de distancia a la estrella. Alberga sobre todo partículas con tamaños de 10 micrómetros o más.
El disco exterior empieza aproximadamente donde el disco interno acaba, y se extiende hasta unas 1.200 unidades astronómicas. Su espectro infrarrojo muestra que mayormente posee granos del uno por ciento del tamaño de los del disco interno. Otra diferencia es que el disco exterior aparece más hinchado, extendiéndose más lejos fuera de su plano orbital que el disco interno.
Los astrónomos sospechan que el disco interno alimenta al disco exterior. A medida que las colisiones de asteroides y de cometas producen polvo, las partículas más grandes tienden a dirigirse, con trayectorias en espiral, hacia la estrella. Pero la presión de la luz de ésta empuja las partículas más pequeñas hacia la periferia del sistema. Este proceso, que se da también en nuestro propio sistema solar, probablemente opera aún mejor alrededor de 51 Ophiuchi, debido a que esta estrella es 260 veces más luminosa que el Sol.
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