Dos matemáticos de EEUU sirven hoy una ración de angustia existencial. Según sugieren, es posible que el ingrediente principal del universo, la energía oscura, no exista. De ser cierto, la historia de este condimento cósmico habrá sido efímera. En la década de 1990, los científicos pensaban que la expansión del universo posterior al gran estallido del Big Bang se estaba desacelerando, como consecuencia de la fuerza de la gravedad. En teoría, toda la materia repartida por el cosmos tiraba de los frentes de expansión hacia adentro, al igual que el planeta atrajo a la manzana de Newton. Sólo había un pequeño contratiempo: nadie lo había comprobado.
Un equipo de astrónomos se puso a ello mediante la observación de las supernovas más alejadas de la Tierra y detectó un fenómeno que iba en contra del sentido común. El universo se expandía, sí, pero a una velocidad cada vez mayor. Algo tiraba del cosmos hacia el exterior. Los científicos teóricos no sabían lo que era esa "cosa", como la califica la Nasa, pero calcularon cuánta había: aproximadamente el 74% del universo era esa cosa. Y le pusieron un nombre: energía oscura.
Otro 22% estaría compuesto por la llamada materia oscura, una sustancia de composición desconocida que no puede ser observada con los medios actuales pero cuya existencia se deduce de sus efectos gravitacionales en las estrellas y galaxias cercanas. Así que toda la materia conocida y visible mediante los instrumentos humanos, los mismos átomos que dan consistencia a este periódico, apenas significarían un ridículo 4% de la receta del universo.
Fuente: Público (es)
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