Un equipo de astrónomos ha encontrado evidencias de que el universo pudo experimentar una tendencia al calentamiento en una época temprana de su historia.
Los autores del hallazgo midieron la temperatura del gas que flota entre las galaxias y encontraron una clara indicación de que dicha temperatura aumentó de manera constante durante el período que abarca desde cuando el universo tenía una décima parte de su edad actual hasta cuando tenía una cuarta parte de la edad presente.
En la época más arcaica del universo, gran parte de la materia no estaba en las estrellas o en las galaxias, sino diseminada como un gas muy tenue que llenaba todo el espacio.
El equipo de investigación, del que forman parte George Becker y Martin Haehnelt de la Universidad de Cambridge, fue capaz de medir la temperatura de este gas usando la luz de objetos distantes llamados quásares. El gas que se encuentra entre nosotros y el quásar añade una serie de "huellas" a la luz de estos objetos extremadamente brillantes, y, mediante el análisis de cómo esas huellas bloquean parcialmente la luz de fondo de los quásares, los científicos pueden inferir muchas de las propiedades del gas absorbente, tales como dónde se encuentra, cual es su composición y cuál es su temperatura.
La luz del quásar que los astrónomos han estudiado tenía más de diez mil millones de años en el momento en que llegó a la Tierra, después de viajar a través de buena parte del universo. Cada nube de gas intergaláctico a través de la cual pasó la luz durante este viaje dejó su propia marca, y el efecto acumulado se puede utilizar como un registro fósil de la temperatura en el universo temprano. Así como el clima de la Tierra se puede estudiar a partir de núcleos de hielo y de los anillos de crecimiento anual de los árboles, la luz del quásar contiene un registro de la historia del clima del cosmos.
Con los análisis, se ha determinado que 1.000 millones de años después del Big Bang, el gas tenía unos “gélidos” 8.000 grados centígrados. A los 3.500 millones de años, la temperatura había subido al menos hasta 12.000 grados centígrados.
La tendencia al calentamiento se cree que va en contra de los patrones normales del clima cósmico. Lo normal sería que el universo se enfriase con el paso del tiempo. A medida que el cosmos se expande, el gas debería enfriarse. Para producirse el aumento observado en la temperatura, algo muy potente tuvo que calentar el gas.
Los responsables de este calentamiento intergaláctico probablemente son los propios quásares. Durante el período de la historia del universo estudiado por el equipo, los quásares se tornaron cada vez más comunes. Estos objetos, que se cree que son agujeros negros gigantes tragándose materia en los centros de las galaxias, emiten grandes cantidades de la energética luz ultravioleta. Estos rayos ultravioleta pudieron interactuar con el gas intergaláctico, creando el incremento detectado en la temperatura del cosmos. Fuente: Royal Astronomy Society (uk) leer mas
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