El astrónomo italiano Roberto Gilmozzi, especialista en estrellas novas y supernovas, se dedica desde hace años a los grandes proyectos del Observatorio Europeo Austral (ESO). Fue el director de Paranal (Chile), donde está en funcionamiento el mejor conjunto de telescopios del mundo, el VLT, formado por cuatro unidades de 8,2 metros de diámetro cada una, y ahora dirige el proyecto del próximo gran reto de la astronomía europea: el telescopio gigante E-ELT, de 42 metros de diámetro. Desde la sede del ESO en Garching (Alemania), Gilmozzi explica a EL PAÍS, por correo electrónico, los retos del proyecto.
Pregunta. ¿Será difícil para los astrónomos observar el cielo con un telescopio tan excepcional como el E-ELT?
Respuesta. La interfaz entre el telescopio y el astrónomo será similar a la de los telescopios actuales, el VLT y otros observatorios en el espacio o en tierra. Su uso no exige ser un experto en este tipo de telescopio o instrumento, sino solamente conocer los requisitos científicos de la investigación.
P. Los mayores telescopios actuales tienen espejo principal de ocho a diez metros de diámetro. ¿Cuál es el mayor reto al dar el salto a uno de 42, como el E-ELT? ¿Qué es más difícil, el espejo, las cámaras especiales, las estructuras?
R. Todos los subsistemas de un gran telescopio son auténticos retos, y hay que ser extremadamente cuidadoso en el diseño, tanto en lo que atañe a la complejidad como en el rendimiento, la calidad o la cantidad de los parámetros. Para todos los subsistemas críticos hemos hecho estudios industriales, incluyendo prototipos y ensayos, demostrando que se pueden cumplir las especificaciones.
P. Un proyecto tecnológicamente tan ambicioso, ¿depende de desarrollos críticos futuros?
R. Existen soluciones tecnológicas viables para todos los elementos del E-ELT, y nuestros socios industriales las consideran soluciones robustas, por lo que no dependeremos de nuevas actividades de investigación y desarrollo. El diseño detallado está en su fase final y estamos redactando ya la propuesta formal del proyecto, que presentaremos al Consejo de los países miembros del ESO [incluida España] en diciembre. Si se aprueba, la construcción puede comenzar a principios de 2011.
P. En comparación con el equivalente de EE UU, el telescopio de 30 metros TMT, ¿cuáles serán los puntos fuertes del E-ELT para la astronomía?
R. Todas aquellas investigaciones en que sean esenciales la mayor área colectora de luz y la mejor resolución. Por ejemplo, la determinación directa de la aceleración de la expansión del universo (que exigirá unas 30 noches al año de observación en el telecopio de 42 metros), o el descubrimiento y análisis de planetas tipo Tierra alrededor de estrellas cercanas, que será extremadamente difícil. El tamaño del E-ELT se eligió precisamente para esas observaciones.
ALICIA RIVERA Madrid, www.el pais.com
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