Astrónomos de la Universidad de Montreal (Canadá) han descubierto una enorme nube de partículas energéticas -un 'mini halo'- que rodea uno de los cúmulos de galaxias más distantes jamás observados, lo que marca un gran paso adelante en la comprensión de las fuerzas ocultas que dan forma al cosmos. El trabajo está disponible en 'The Astrophysical Journal Letters'.
Los hallazgos muestran que incluso en el universo temprano, los cúmulos de galaxias ya estaban formados por procesos energéticos. El equipo internacional de investigadores detrás del descubrimiento fue codirigido por Julie Hlavacek-Larrondo de la Universidad de Montreal y Roland Timmerman del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham, en el Reino Unido.
Este minihalo está formado por partículas cargadas y altamente energéticas en el vacío entre las galaxias de un cúmulo, que juntas emanan ondas de radio que pueden detectarse desde la Tierra.
Los investigadores analizaron datos del radiotelescopio LOFAR (Low Frequency Array), una vasta red de más de 100.000 pequeñas antenas que abarca ocho países europeos. Al estudiar un cúmulo de galaxias llamado SpARCS1049, detectaron una débil y extensa señal de radio. Descubrieron que no provenía de galaxias individuales, sino de una vasta región del espacio llena de partículas de alta energía y campos magnéticos.