domingo, 19 de febrero de 2017

Dawn descubre evidencia de materia orgánica en Ceres



La misión Dawn de la NASA ha encontrado evidencia de materia orgánica en Ceres, un planeta enano y el cuerpo más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.

Los científicos que usan el espectrómetro visible e infrarrojo de la nave espacial (VIR) detectan el material en y alrededor de un cráter del hemisferio norte llamada Ernutet. Las moléculas orgánicas son interesantes para los científicos porque son necesarias, aunque no suficientes, componentes de la vida en la Tierra.


El descubrimiento se suma a la creciente lista de cuerpos en el sistema solar donde se han encontrado compuestos orgánicos. Los compuestos orgánicos se han encontrado en ciertos meteoritos, así como se infiere de las observaciones telescópicas de varios asteroides.  Ceres tiene muchos puntos en común con los meteoritos ricos en agua y compuestos orgánicos - en particular, un grupo de meteoritos llamados condritas carbonáceas. Este descubrimiento refuerza aún más la conexión entre Ceres, estos meteoritos y de sus órganos principales.

"Esta es la primera detección clara de moléculas orgánicas de la órbita de un cuerpo principal de la cinta," dijo María Cristina De Sanctis, autor principal del estudio, basado en el Instituto Nacional de Astrofísica, Roma. El descubrimiento se informó en la revista Science.

Los datos presentados en el artículo de Science apoyan la idea de que los materiales orgánicos son nativos de Ceres. Los carbonatos y arcillas previamente identificados en Ceres proporcionan evidencia de la actividad química en presencia de agua y calor. Esto plantea la posibilidad de que los compuestos orgánicos se procesan de manera similar en un ambiente cálido rico en agua.


Los científicos creen que la distribución y características de estos elementos hacen poco probable que se depositaran allí por el impacto de una fuente externa, como un cometa o un asteroide. Además, el calor extremo producido por un choque tan brutal habría sido suficiente para destruir esos compuestos. Como Ceres alberga una gran cantidad de agua (incluso sugieren que pudo contener un océano subterráneo y que quizás se mantenga hoy en día bajo ciertas condiciones) y podría haber retenido calor interno de su período de formación, hace 4.500 millones de años, en los albores del Sistema Solar, los científicos creen que los compuestos orgánicos se debieron desarrollar en el interior del cuerpo planetario.


Pero el aspecto más intrigante de la investigación es la posibilidad de que Ceres pudiera haber albergado algún tipo de vida en el pasado. «Tiene los ingredientes clave para ello (N, C, H, O) y además una química muy interesante, pero no podemos afirmarlo. Simplemente, no lo sabemos», explica la investigadora.

En un comentario que acompaña al estudio en «Science», Michael Küppers, científico planetario del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Madrid, tampoco descarta que algún tipo de vida primitiva pudiera haberse desarrollado en el planeta enano. De esta forma, Ceres se une a la apasionante lista de lugares del Sistema Solar que pudieron albergar vida. «El más destacado es Marte, pero la situación de Ceres es más similar a la de algunos de los satélites de Júpiter y Saturno, como Europa o Encelado», explica a ABC. «Lo que hace que Ceres sea tan interesante, a mi juicio, es que es más fácil de ser alcanzado por misiones espaciales que los satélites de los planetas gigantes, que están más lejos y en un ambiente con mucha radiación», prosigue. El problema de cómo investigar un océano potencial a varios kilómetros por debajo de la superficie sigue siendo difícil para todos esos objetos, por supuesto, pero «quizás el radar puede ser una solución».http://www.abc.es/ciencia/

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