lunes, 4 de julio de 2016

ALMA descubre gotas de rocío rodeando una polvorienta tela de araña

La galaxia de la Tela de Araña observada por el telescopio espacial Hubble (óptico) en rojo, el Very Large Array (radio) en verde, y ALMA (ondas submilimétricas) en azul. El color rojo muestra los lugares donde se hallan las estrellas en este sistema de galaxias. Las posiciones del polvo y el agua se ven en azul y los chorros de radio en verde. El agua se observa donde los chorros se tuercen hacia abajo. Crédito: NASA/ESA/HST/STScI/NRAO/ESO/.
Un equipo de astrónomos ha observado gotas de agua condensada brillando en la lejana galaxia de La Tela de Araña, pero no donde esperaban encontrarlas. La detección con ALMA muestra que el agua se halla fuera de la galaxia y lejos de ella, y no puede, por tanto, ser asociada con las regiones centrales, polvorientas, donde se forman las estrellas, como se pensaba.

"Las observaciones de luz emitida por agua y por polvo van a menudo de la mano. Normalmente las interpretamos como procedentes de regiones de formación estelar, siendo iluminadas por estrellas jóvenes que calientan las partículas de polvo y las moléculas de agua hasta que empiezan a brillar. Ahora, gracias al poder de ALMA, podemos por primera vez separar las emisiones de las poblaciones de polvo y de agua, y señalar sus orígenes exactos en la galaxia. Los resultados son bastante inesperados en el sentido de que hemos encontrado que el agua no está situada cerca de los viveros estelares polvorientos en modo alguno", explica la Dra. Bitten Gullberg.


La galaxia de La Tela de Araña es una de las galaxias más masivas que se conocen. Se halla a 10 mil millones de años luz y está constituida por docenas de galaxias que está formando estrellas y se hallan en proceso de fusión de unas con otras. Las observaciones de ALMA muestran que la luz del polvo se origina el la propia galaxia de La Tela de Araña. Sin embargo, la luz procedente del agua se concentra en dos regiones lejos del núcleo de la galaxia, hacia el este y el oeste.

Gullberg y sus colaboradores piensan que la explicación la tienen unos potentes chorros de ondas de radio que son expulsados del agujero negro supermasivo del centro de la galaxia. Los chorros de radio comprimen nubes de gas a su paso y calientan las moléculas de agua contenidas en estas nubes hasta que emiten radiación.http://observatori.uv.es/

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